Pensándolo bien/Los Simpson

Francisco González

La cadena de televisión que emitía en abierto la serie de dibujos animados Los Simpson desde 1991 ha dejado de hacerlo. Imagino que somos muchos los que nos sentimos un poco más solos a la hora de la comida.
Los Simpson son grandes, muy grandes. Surgieron como el relevo de Los Picapiedra, pero los superaron de largo. Nacidos como una sátira de las familias norteamericanas de clase media, se han convertido en una serie y una familia universal, tan universal que a veces ya nos parece formar parte de ella. Se emite incluso en los países musulmanes, aunque allí Homer bebe refrescos y no se atiborra de cerdo. En este mundo globalizado y estandarizado, todos nos hemos sentido alguna vez reflejados en la familia y en los muchos personajes de Springfield. Y es que Los Simpson han tocado a lo largo de sus casi treinta años todos los temas humanos y divinos: la familia, claro está, pero también la política, la ley y la policía, la desigualdad, las multinacionales, la situación de la mujer y de las minorías, la educación y la ciencia, la religión, la salud y la alimentación y un etcétera tan largo que es imposible resumirlo.
Como los buenos clásicos, Los Simpson revelan nuevos significados con el tiempo y sus sucesivos visionados. Los puede ver un niño y reírse sin notar nada especial; un adulto hará una lectura bastante más pícara, y sobre todo descubrirá una enorme crítica social no exenta de ternura; y quienes tienen alguna curiosidad intelectual encontrarán escondidos en sus guiones innumerables referencias culturales a todas las artes y géneros. Hay guiños ocultos a las obras maestras de la literatura, del arte, de la mitología, del cine y de la propia televisión, tantas y tan interesantes que también resultan imposibles de enumerar.
Su inteligencia y su larguísima duración en antena avalan su calidad. Gracias, amigos amarillos, por vuestro divertido, mordaz y crítico sarcasmo. Pensándolo bien, en esta época en que la cultura popular parece vehicularse a través de las series de televisión, Los Simpson, con todos sus altibajos, sigue siendo la mejor de todas. Y no digo «la mejor serie de dibujos animados»: digo, simplemente, la mejor serie de todos los tiempos.

 

Francisco González, sociólogo