La química se acerca a la radio con Pedro J Llabrés

Porque el universo es química, la intención de «Entre Moléculas» en IB Magazine radio, web & App es socializar la química discutiendo sus aspectos cotidianos, históricos, benéficos, perjudiciales, pasados, actuales, y futuros desde un punto de vista imparcial y objetivo. Además, el espacio de radio y web tiene la intención de contribuir para que más jóvenes elijan las ciencias, y especialmente la química, como opción de formación profesional. El objetivo de la sección de Pedro J. Llabrés será mostrar que la química nos une y siempre está presente, que todos los eventos y acciones en la vida y en el universo son, a nivel básico, mediados por compuestos químicos y reacciones químicas; desde la concepción, hasta el momento mismo de la muerte, desde nuestro nacimiento como individuos, hasta nuestra conformación como sociedad, la salud y la enfermedad, la indiferencia y el amor, la sensatez y la locura, la paz y la guerra.

PEDRO, HOY VIENES A HABLARNOS DEL ALUMINIO, ¿POR QUÉ RAZÓN?

Así es, con motivo de que 2019 es el Año Internacional de la Tabla Periódica, conmemorando su 150 aniversario, vamos a hablar del Aluminio.

El Aluminio es el elemento número 13 de la Tabla Periódica. Es, como todos sabemos, un metal, y en concreto es el tercer elemento más común encontrado en la corteza terrestre, después del oxígeno y el silicio.

¿DÓNDE ENCONTRAMOS ALUMINIO EN NUESTRO DÍA A DÍA?

Al ser un material tan polivalente, lo encontramos comúnmente en espejos, latas, tetrabriks, aeronáutica, tendidos eléctricos, puertas, ventanas…es decir en un sinfín de lugares de nuestro hogar.

Pero yo hoy quería habla de dos aplicaciones del aluminio que traen algo de polémica y que han generado historias o leyendas urbanas que seguro nuestros oyentes habrán oído y se estarán preguntando si son ciertas o no: te hablo del papel de aluminio y de los desodorantes que contienen aluminio.

  • En cuanto al papel de aluminio, pues es uno de los básicos en una cocina para envolver comida, ya sea para cocinarla o para transportarla. ¿Quién no se ha envuelto su bocadillo en papel de aluminio cuando va de excursión o clase?

Pues bien, hay quien dice que el papel de aluminio tiene una cara buena y una cara mala, es decir, una cara inocua y otra que puede resultar perjudicial para nuestra salud al desprenderse partículas de aluminio pasarían a nuestros alimentos y nos intoxicarían.

Lo primero que hay que desmentir es que, ambas caras resultan igual tanto en composición como en seguridad, y ambas se encuentran recubiertas por una capa de óxido de aluminio que se produce naturalmente al entrar el metal con el oxígeno ambiental, haciendo más difícil que el aluminio puro entre en contacto con nuestros alimentos.

ENTONCES, ¿POR QUÉ HAY UNA CARA QUE SE VE MÁS BRILLANTE QUE LA OTRA?

Eso es una consecuencia de la manera que se procesa el papel para enrollarlo, es una característica física del proceso de manufacturación, pero no cambia sus propiedades químicas ni afectan a su seguridad.

Por otra parte, el aluminio en contacto con el oxígeno del aire tiende a oxidarse a óxido de aluminio, por lo que nuestro papel de aluminio se encuentra recubierto por una fina película de este óxido, el cual es inerte y en cierto modo, separa nuestros alimentos del aluminio en sí. Sin embargo, no es cierto que partículas de aluminio pasen a nuestros alimentos desde el papel y, en el caso de que llegáramos a ingerir alguna o incluso un pedazo de aluminio, nuestro cuerpo tiene los mecanismos necesarios como para excretarlos y enviarlos fuera de él.

¿TENEMOS ALUMINIO YA EN NUESTRO ORGANISMO? ¿LO TOLERAMOS?

Pues sí, consumimos aluminio a través de la dieta ya que el té o muchos vegetales contienen aluminio. Date cuenta de que en nuestro organismo tenemos siempre alrededor de 30 y 50 mg por kilo, por lo que la cantidad que pudiéramos ingerir por esta vía sería ínfima y no nos afectaría para nada.

Por tanto, primer mito desmentido: el papel de aluminio es seguro, y por ambas caras.

Tampoco es cierto que desprenda sustancias si lo calentamos dentro del horno, ¿sabes a qué temperatura funde el aluminio? A 660C. Así que los 200 de nuestro horno, ni los nota.

¿Y QUÉ HAY DE LOS DESODORANTES?

  • Pues existen dos tipos de desodorantes, aquellos que aportan olor al aplicárnoslos, y luego están los antitranspirantes, que evitan que transpiremos, que sudemos. ¿Y cómo lo hacen?
  • La mayoría de estos antitranspirantes contienen aluminio en forma de sal de alumbre  o alumbre potásico. Y el mecanismo de acción consiste en que esta sal de aluminio se une con las proteínas de la piel, taponando los poros evitando la salida de sudor, en ningún caso penetran en la piel, y se van al eliminarse la piel.

De nuevo, aún si llegara a traspasar la barrera cutánea, nunca llegaríamos a una dosis preocupante.

Por tanto, el segundo mito que desmentimos es que los antitranspirantes sean malos, son seguros.

También hay que decir sobre esto que hay unas campañas publicitarias que comercializan estos antitranspirantes precisamente con el nombre “Sal de Alumbre”, a modo de producto natural sustitutivo de los antitranspirantes comunes que utilizan aluminio. Y eso, es absurdo, ya que el aluminio de los antitranspirantes y la sal de alumbre vendida como “natural” son exactamente lo mismo. Pero existen numerosas campañas publicitarias que utilizan la palabra natural, o “sin químicos” para dar mejor imagen frente al consumidor.

Para acabar, también quería hablar de la comentada relación entre la intoxicación por Aluminio con la grave enfermedad de Alzheimer.

En 2002, hace casi 20 años, un equipo de la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana realizó una revisión bibliográfica de los estudios que evaluaban el papel del aluminio como factor de riesgo para esta enfermedad, concluyendo ya que no eran capaces de establecer una conclusión definitiva con respecto a ello.

Y a la misma conclusión llegaron investigadores de diferentes países que publicaron en 2018 otra revisión más actualizada.

Es más, hay investigaciones científicas parece que apuntan a que esto podría ser la consecuencia y no la causa de la enfermedad. De por sí al aluminio le cuesta mucho pasar la barrera hematoencefálica que protege nuestro cerebro de sustancias extrañas. La enfermedad de Alzheimer reduce la capacidad protectora de esta barrera, pudiendo permitir la entrada de Aluminio y otras sustancias.

La conclusión sería, que no hay todavía una relación clara entre el aluminio y el Alzheimer, pero que no es descartable debido a que los mecanismos de esta enfermedad son bastante desconocidos y el Aluminio juega algún papel, como causante o como consecuencia de la enfermedad, y los científicos la siguen investigando. Pero después de tantos años sin pruebas concluyentes, creo que no hay para alarmarse.

Pedro Juan Llabrés, doctor en química por la Universitat de Valencia.

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