El restaurante Suculenta Port de Sóller, en la Marina Tramontana, se vistió de largo en su inauguración estival.
El acto de inauguración contó con la presencia de diversas autoridades del Ayuntamiento de Sóller, representados por su alcalde Carlos Simarro, así como con el conseller insular de Turismo, Andreu Serra y representantes de la sociedad balear, amigos y clientes.
Para agradecerles su presencia, en un día tan señalado para Suculenta Port de Sóller, Gonzalo García San Miguel, accionista de Nuevos Puertos Deportivos, señaló que «Suculenta es un proyecto que nació hace varios años y que tiene como objetivo servir de polo de atracción para un turismo de calidad para el Puerto de Sóller».
Suculenta, añadió García San Miguel, quiere ser un referente no sólo del turismo de calidad sino del sostenible y compromiso con la gente de aquí y, sobre todo, de compromiso con los proveedores locales”.
Por ello, explicó, “con este espacio gastronómico queremos no solo sumar sino también marcar un camino a seguir. Un camino que otros han abierto, que otros van marcando y que nosotros queremos liderar en esta zona de la isla”.
Por su parte, Cristina Pérez, responsable del proyecto gastronómico de Suculenta de la mano de Fórmula Schwaiger, relató que “cuando empezamos a poner en marcha el proyecto pensamos que el reto que teníamos por delante era identificar Suculenta con el Port de Sóller”. Por ello, añadió Pérez, “hemos adaptado todo este espacio al entorno, a la Marina Tramontana, a nuestro Mediterráneo y, por supuesto, a la Serra de Tramuntana, que este año cumple su décimo aniversario como Patrimonio Mundial por la UNESCO”.
La inauguración de Suculenta Port de Sóller reunió a los invitados en las tres áreas distribuidas de Suculenta que son La Base, la terraza y El Mirador. Tras la toma de temperatura y asignarles mesa a cada uno de los invitados siguiendo protocolo Covid, Javier Bermudo, chef de Suculenta de la mano de Miguel Meneses, maitre del restaurante, ofrecieron un cóctel compuesto por mini hamburguesas Suculenta, bocata de calamares en miniatura, ceviche en miniatura, una degustación de minichafaditos, arroz a banda, fideuá negra, rodaballo a la brasa y corte japonés. Para endulzar la velada y ya desde El Mirador, se sirvió flan de queso en cuchara, tarta tatín en miniatura y unas deliciosas bombas de chocolate en cuchara.
Todo ello amenizado por la música, primero, de Miquel Font que deleitó a los invitados con una selección musical a base de vinilos de los 80 y 90 y luego con el espectáculo ofrecido por DJ. David G. Durante la velada, además, los invitados pudieron disfrutar de un espectáculo de sirenas, de natación sincronizada, unas zancudas muy originales y un vuelo en parapente.