Se acercan los meses donde la Alta Costura aflora entre ceremonias nupciales y los eventos veraniegos más exclusivos. Las prendas confeccionadas a medida para clientes particulares, utilizando materiales exclusivos y de la mejor calidad posible se hacen realidad en los talleres de los diseñadores más importantes.
Cuando hablamos de Haute Couture hablamos de París. En París, a diferencia de Milán, Londres o Nueva York, la alta costura está regulada por el gobierno. Es el propio Ministerio de Industria Francés y la Fedération Française de la Couture los que determinan qué casas reciben la denominación. Las reglas son estrictas y los requisitos varios y, aunque no sea tan rentable como parece, les da caché a su marca y asegura las ventas de sus líneas de ropa prêt-à-porter.
No es de extrañar entonces que París sea la capital de la moda. A nivel histórico durante todo el siglo XVIII estuvo presente el liderazgo francés en la moda europea, de la mano de la corte de Versalles. Pero hasta mediados del siglo XIX el diseñador parisiense tenía poco prestigio y los que realmente influían en la moda eran los marchandes des modes (proveedores de telas y abalorios). De entre ellos, Rose Bertin fue la más famosa al convertirse en la asesora personal de María Antonieta y, aunque no era diseñadora, su influencia marcó precedentes.
En 1858 el británico afincado en Francia Charles Frederick Worth abrió su propio establecimiento en la Rue de la Paix de París y ya desde el principio adoptó una imagen de exclusividad gracias a sus creaciones de gran calidad que pronto fueron bautizadas de Haute Couture (Alta Costura). Fue el primer diseñador en firmar sus colecciones y su fama le llegó cuando la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, contrató sus servicios al igual que Sissi Emperatriz. En 1868 fundó una asociación de casas de costura para regular y proteger a los modistas de París. La asociación evolucionó de la mano de su hijo hasta convertirse en la Chambre Syndicale de la Couture Parisiense y, gracias a su éxito, se añadieron diseñadores como Lanvin, Chanel, Shiaparelli, Balenciaga y Dior. Hasta 1946 creció el número de casas de costura llegando a 106. Pero al acabar la Segunda Guerra Mundial, la alta costura sufrió un declive que fue pronunciándose con el cambio de siglo hasta el punto de acuñarse el término de la Muerte de la Alta Costura. En 2004 quedaban sólo 9 casas de moda.
Versace, Dior, Chanel, Armani, Valentino… y hasta una docena de casas siguen a día de hoy y desde el 2007 otros diseñadores de prestigio acuden como invitados. La tradicional clientela de la alta sociedad francesa ha dado paso a las grandes fortunas de Rusia, Oriente Medio y China.
Los vestidos no tienen etiqueta de precio, conseguir que le acepten como cliente es complicado y sólo el pago inicial ronda los 20.000 euros. Eso sí, un asistente de ventas supervisa al detalle el encargo y le garantiza la máxima exclusividad.
Aunque las marcas se niegan a dar cifras, sus compradores no llegan a varios miles en todo el mundo: unos 800 acuden a los desfiles en la Semana de la Moda de París.
Así que, por muy buenos que sean los resultados comerciales, su principal utilidad dentro de grandes compañías como Dior, Chanel o Armani es otra. A través de las pasarelas y, sobre todo, de la alfombra roja, potencian una imagen que luego se traducirá en la venta de perfumes, gafas, pañuelos: la base sobre la que se asientan estas marcas.
La noticia de la semana:
“Vivian 2018”, la nueva colección de Tania Presa y Natividad Castillo.
Las diseñadoras Tania Presa y Natividad Castillo reivindican el valor de la confección a medida. Las prendas únicas de alta costura confeccionadas de manera minuciosa y detallista por Tania, se combinan con el tocado perfecto a conjunto diseñado por Natividad Castillo, utilizando los mismos materiales del vestido, telas antiguas o incluso piezas que las mismas clientas traen que provienen de generaciones anteriores y que consiguen dar un aire más vintage al look. Como resultado: las novias lucen el vestido de sus sueños.
Tania Presa, comenzó su andadura con 24 años, al finalizar la carrera de diseño de moda, se trasladó a Barcelona para especializarse en Patronaje de Alta Costura y bordados en pedrería bajo las pautas del maestro del bordado de Haute Couture Lessage.
Tras regresar a la isla decidió abrir su primer atelier donde inicio su camino como empresaria, creando sus primeras colecciones. En poco tiempo las necesidades de sus clientas la llevaron a abrir tienda taller en la calle Veláquez de Palma. Tres años más tarde, se trasladó de nuevo a un local de mayores dimensiones, y hace a penas unos meses ha vuelto a renovar su propuesta al crear un nuevo espacio exclusivo dedicado sólo a las novias.
Natividad Castillo, estudió Patronaje Industrial, y se formó en la primera escuela de Diseño de Moda que hubo en Mallorca en los años 80. Más adelante decidió especializarse en el arte de los tocados, por lo que acudió a talleres de tocados y se especializó en artes florales.
Ha realizado sus creaciones y colecciones para sus clientas desde un pequeño taller hasta asociarse con la diseñadora Tania Presa, para crear una sinergia que, a día de hoy, funciona muy bien como un reloj; juntas consiguen un acabado excelente, con looks depurados hasta el más mínimo detalle.
“Vivian 2018”
• Cada colección recibe el nombre de una de sus amigas, este año se llama «Vivian» las anteriores se llamaron Magritte, Vanessa y Leticia.
• Colección dirigida a una mujer romántica, sensual e hiperfemenina.
• Una línea compuesta por prendas para novias e invitadas realizadas en tejidos vaporosos que las dotan de un halo de dulzura.
• La mujer más atrevida, encuentra propuestas que se han elaborado en tejidos de pedrería, conformando prendas ejecutadas con maestría de líneas depuradas que ensalzan y marcan el cuerpo femenino, con ese “allure” tan característico de Tania Presa.
• La paleta principal de color se construye de tonos pastel, predominando el rosa para romper el equilibrio con algunos matices en colores arriesgados.
• Los tocados de Natividad Castillo se inspiran en mujeres mediterráneas, sensuales y femeninas.
• Los materiales empleados navegan entre cristales, plumas y flores, que decoran coronas de metal y pamelas de paja natural o sinamay un tejido fino, ligero y moldeable que se obtiene de un árbol llamado abacá, originario de Filipinas y Oceanía.
• Las estrellas de mar y caracolas utilizadas en la línea 2018, nos evocan al mediterráneo.
Como cada año, las colecciones se presentan a la sociedad mallorquina, a través de atractivas puestas en escena en un desfile anual. Los desfiles, sirven de escaparate de sus diseños exclusivos y de la calidad de un trabajo artesano bien hecho.
Otro importante escaparte en el que participan con stand propio cada año es en la feria de Bodas y Ceremonias, Nupcial Bridal Experience, mostrando sus últimas propuestas tanto en vestidos de novia, madrinas, damas de honor e invitadas.
Las novias siguen, paso a paso, junto con la diseñadora, el proceso de transformación de la idea al vestido que lucirán en uno de los días más importantes de su vida. Desde la elección de la tela, las pruebas de vestido sobre el cuerpo, la perfecta adaptación del vestido a la silueta de la novia. En definitiva, una cuidada confección a medida.
Carme Coll, experta en moda
Escucha PODCAST de la entrevista a Tania Presa y Natividad Castillo