El problema del plástico se agrava cada día más. Según un estudio de PLOS One, la acumulación de este material en los océanos eleva ya a 170 billones el número de piezas de microplásticos, lo que equivale a 21.000 residuos por cada habitante.
Para Meritxell Hernández, CEO y fundadora de la empresa de envoltorios sostenibles y reutilizables Roll’eat, “los gobiernos, las empresas y los consumidores deben colaborar para implementar estrategias efectivas de gestión de residuos, políticas de reducción de desperdicios y regulaciones más estrictas sobre el uso de plásticos de un solo uso”.
El plástico, como material no biodegradable y que se descompone hasta quedar redu-cido a piezas milimétricas, no solo contamina a diario los océanos, sino que está empe-zando a aparecer, poco a poco, en el aparato digestivo de los humanos, tal y como re-coge el estudio “Desperdiciar o no desperdiciar: cuestionar los riesgos para la salud de los microplásticos y nanoplásticos con un enfoque en la ingestión y la carcinogenicidad”, que lanza una claro mensaje: las personas comen en microplásticos cada semana el equivalente a una tarjeta de crédito.
El consumo de plástico ha aumentado hasta niveles que ponen en duda la sostenibilidad del planeta; así se estima que existen al menos 170 billones de piezas de plástico en los mares, lo que equivale a 21.000 residuos por cada habitante.
¿Cómo contribuir a la reducción de plásticos de un solo uso?
Empresas como Roll’eat contribuyen a reemplazar los envoltorios de plástico desechables, como el papel film y el papel de aluminio, fabricando envoltorios sostenibles, duraderos, resistentes y seguros para el contacto con alimentos.
“Nuestro principal objetivo es contribuir a la toma de conciencia por el cuidado y protección del medio ambiente, minimizando la cantidad de residuos que se generan a diario procedentes de plásticos y otros materiales contaminantes”, señala la CEO de Roll’eat.
Parte importante de la solución contra la emergencia climática está en las nuevas generaciones y la labor de concienciación que se lleva a cabo por empresas e instituciones, pues acciones tan sencillas como utilizar envoltorios reutilizables, menciona Hernández, pueden ser clave para revertir la situación actual.
“El consumidor puede marcar la diferencia eligiendo productos sostenibles y reutilizables en lugar de los plásticos y envoltorios de un solo uso. Este tipo de prácticas deben trasladarse a todos los ámbitos de la vida cotidiana, fomentando la responsabilidad individual y colectiva para promover la reducción de plásticos y la economía circular”, concluye la experta.
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