Ramona Arbó Urquia, religiosa del Sagrat Cor y muy vinculada al Col.legi Santa Magdalena Sofía de Palma, falleció el sábado 7 de mayo a la edad de 86 años. El funeral se celebró este pasado domingo en la capella de la residència del Sagrat Cor de Barcelona dónde residía desde hace unos años.
Las redes sociales se llenaban, desde la tarde del sábado, cuando se anunciaba su fallecimiento, de sentidos mensajes de pésame y de recuerdo por la pérdida de la religiosa.
La ‘hermana Ramona’ era una persona muy querida e impulsora de numerosas iniciativas en los barrios de Son Cotoner y Son Roca, en Palma. Entre otras cosas, fue impulsora de las colonias de verano, del Mijac, y de muchas escapadas de convivencia de los niños y niñas de la barriada. Un ejemplo de sencillez, de calidad humana, de respeto por cualquier religión y pensamiento.
A principios de los años 80 Arbó trae al barrio el movimiento MIJAC. «Muchos esperábamos a que fuera sábado para jugar, hacer talleres, encuentros y excursiones de fin de semana…, y en verano ‘colonias’, teniendo siempre el juego como herramienta principal de las actividades. Con apenas 10 años, aprendíamos a tomar responsabilidades al servicio de otros niños, de acuerdo con su sensibilidad y posibilidades», apuntan algunos de los ex-alumnos y alumnas.
El movimiento de niños y jóvenes, esencialmente diocesano y coordinado a nivel catalano-balear, se basaba en una serie de convicciones identitarias, como por ejemplo el protagonismo del niño, el arraigo al entorno, la opción por los pobres o la opción evangelizadora, entre otros. Ramona siempre quiso potenciar la presencia y voz del niño, ofreciéndole la oportunidad para que actuara en el barrio y así transformarlo y mejorarlo.
Ramona se embarcaba en mil y una aventuras, además de desarrollar su faceta como docente en los cursos de primer ciclo del Col.legi Santa Magdalena Sofía. Participó de forma activa en el desarrollo de la barriada de Son Cotoner, especialmente en la década de los 70 y 80, generando cientos de actividades entre el movimiento católico del barrio. Como impulsora de las colonias de verano, destacó por su inquietud en movilizar a numerosos grupos de niños y monitores a conocer la belleza de su tierra, Lleida, acercándonos a la naturaleza del Pirineo y combinando la convivencia con actividades y excursionismo. Su perfil cercano, dialogante y abierto, la convirtió en una religiosa moderna para la época, supo entender las inquietudes de los jóvenes y adolescentes del barrio. Somos muchos los que, como yo, nos consideramos ‘niños de Ramona’, aquellos que inocentemente creíamos en los ‘mopis’ y hoy sólo podemos dar gracias por todos los valores que supo inculcarnos, por su complicidad y humor. Ramona era de las personas que, a pesar de las vicisitudes, sabía celebrar cada momento de la vida. Te echaremos de menos. Descanse en Paz, mucho ánimo a todos sus familiares, antiguos compañeros y alumnos del Col.legi Santa Magdalena Sofía, conocidos y las religiosas del Sagrat Cor.
Carlos Durán, comunicador y ex alumno del Col.legi Santa Magdalena Sofía