Esta semana un «pirado», porque según dicen no es terrorista, planeó matar al Presidente del Gobierno. Resulta un síntoma claro de los tiempos de crispación, mentira y autoritarismo que corren. La intolerancia y la brutalidad, como en los años 30, amenazan con volver. En su día, esa misma intolerancia y brutalidad causó cincuenta millones de muertos.
Es harto preocupante la eclosión de trumps, putins, lepens, salvinis, orbans, bolsonaros, dutertes y erdoganes que infestan el mundo. Pero no les hablo de política, sino de algo más allá, anterior y más fundamental. No se trata de esta o aquella opción política, sino de la aparición de esos monstruos que niegan no sólo la libertad política, sino también la social y personal. No les hablo de partidos, sino de puros derechos humanos.
De Trump y Putin imagino que ya lo saben casi todo, pero tal vez ignoren que el presidente brasileño Bolsonaro ha prometido deforestar la Amazonia, perseguir a los pobres y exterminar a sus rivales políticos. Los demás son similares. El filipino Duterte presume de ir personalmente por las noches con cuadrillas de policías a asesinar indigentes, drogadictos y homosexuales. De cómo trata Putin a los gais les supongo informados. En Italia Salvini está haciendo un censo, es decir, una lista negra, de gitanos italianos. Y no sigo porque vomito, pero hay mucho más, todo parecido.
Son malas noticias, y creo que debemos estar alerta porque esto ya lo hemos visto antes. Dejar morir a los inmigrantes en el Mediterráneo o dispararles en la frontera mejicana, perseguir a los más explotados, torturar a rivales, obligar a los díscolos, asesinar a adversarios, marginar a las mujeres o matar a homosexuales y lesbianas no pueden ser, en ningún caso, opciones válidas en una sociedad sana e inteligente. Hoy es a su vecino, mañana, por cualquier motivo, puede ser Ud.
La buena noticia es que los buenos, al menos de momento, somos mayoría, y que por tanto en nuestras manos está parar este conato de locura. Sí, somos mayoría, y no tengan ninguna duda de que el Bien está con la dignidad, la democracia, la igualdad, la libertad, la tolerancia, la empatía y los derechos humanos. Estemos atentos.
Francisco González, sociólogo
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