Hace tiempo que pienso en escribir una novela. Lo difícil de una novela, más que el estilo, es tener un guión. A ver qué les parece éste:
Una glamurosa diseñadora de moda rompe con su pareja, un famoso y también glamuroso músico de pop con quién tiene un hijo, porque la relación resulta tormentosa y algo siniestra. Pasado un tiempo, ella decide rehacer su vida, como se suele decir, con un acomodado banquero. Pero la felicidad dura poco, pues la nueva pareja entra en una espiral de paranoia y ella denuncia varias veces a la policía que su ex, el músico, le hace magia negra. Aquí enredo un poco la cosa en plan telefilme de los que ponen los sábados por la tarde a la hora de la siesta, de forma que no se sabe muy bien si lo del músico acosador es cierto o si son ellos que están paranoicos. Añado detalles inquietantes, como un helicóptero que sobrevuela el domicilio conyugal y que la diseñadora considera espionaje de su malvado ex.
La obsesión lleva a nuestros protagonistas a sospechar de la niñera que tienen contratada, sí, la que cuida del niño que la modista había tenido con el músico ex. Ahora añado el toque truculento Tarantino, que está muy de moda. Secuestran a su niñera porque están convencidos de que la au pair, o como se pronuncie, está liada con el que toca pop. La torturan durante días para que confiese dicha relación y de paso que confiese también que le franquea la entrada en la casa al músico pop, invitación que éste aprovecha para –atiendan– abusar sexualmente del banquero y la diseñadora mientras éstos duermen. Bueno, no sé si me he pasado un poco con esto último. Acaban matando a la niñera y graban la macabra escena en vídeo. Y para acabar, el toque Tarantino cómico: cuando la diseñadora está quemando el cadáver en el jardín, un vecino, asqueado del humo y el olor, llama a los bomberos. Cuando llegan comprueban que hay dedos y una nariz en la fogata, mientras la mujer, en plan lunático, repite impasible: «Es un cordero, es un cordero».
¿Exagerado? Pues la verdad es que no la escribí ni escribiré porque esto realmente ocurrió en Reino Unido. La pareja acaba de ser condenada. El músico es Mark Walton, fundador del grupo Boyzone. ¿La moraleja? Bueno, que, pensándolo bien, como siempre la realidad supera a la ficción, y que hay que ver cuánto monstruo anda suelto.
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