Estamos de bajón, pero, por una vez de bajón del bueno. No el bajón de la resaca, ni el del desengaño amoroso, ni el de cuando nos echan del trabajo. Estamos de bajada de precios; no de todo, pero algo es algo en estos tiempos de viviendas por las nubes y electricidad por la estratosfera.
Tampoco me refiero a las rebajas, que empiezan tan pronto que ya confundo las de navidad con éstas. Lo que ha bajado, y algo es algo, es lo siguiente:
En primer lugar la ITV, la inspección del coche, ésa donde te lo torturan tanto que parece que te lo van a desarmar, y de la que tiene uno la impresión que el coche envejeció más en la prueba que en el año de uso. Pensándolo bien, la verdad es que nunca entendí como el Estado cobra tanto por algo que es obligatorio, como pasa con el DNI, por el que, por cierto, te clavan diez euros. Pero además, si tiene Ud. coche y se lo lleva a la península, aprovechando que también nos va a bajar el billete por ser residentes, muchas autopistas pasarán en breve a ser gratis. Menos mal, porque eran un atraco. A ver las de Cataluña, que sale más caro en peajes cruzar el Principado que dar la vuelta a Rusia pasando por Sevilla.
Baja también el IVA del cine, es decir, poquito, pero aleluya. Ya le han quitado a los del cine el castigo que les puso Montoro por aquello de la ceja, que se lo tomó fatal el hombre.
Y por último, pero más importante, bajan las tasas de la universidad en un buen pellizco. Que si la ITV es obligatoria, y tener coche casi también, y la autopista no es ecológica, el cine es cultura y la universidad el templo de todas las culturas. Así que cumplamos con la ley, seamos moderados con las autopistas, vayamos mucho al cine y, por qué no, nunca es tarde para estudiar. Paradójicamente, hay bajones que no son un subidón, pero sí una subidita.
Francisco González, sociólogo
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