Muchache by Sebastián Pons, una vuelta a las raíces

Vuelve Sebastián Pons, pero realmente nunca se ha ido. El diseñador mallorquín con una de las trayectorias más importantes en el panorama nacional está de plena actualidad y no solo por el documental sobre Alexander McQueen, que esta misma madrugada se ha estrenado en Nueva York. El que fuera la mano derecha del gran diseñador inglés, acaba de presentar una nueva colección bajo un nuevo concepto… Muchache.

Sin dejar de lado el Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, donde ejerce de director creativo de los Proyectos de Fin de Carrera e imparte un módulo de moda sostenible para los alumnos del Grado Superior de Diseño de Moda, Pons sigue creando. Nunca es tarde para imponerse y ahora se han dado las coordenadas para emprender una nueva historia, un nuevo proyecto que surge con la ayuda de un pequeño equipo creativo que comparte una misma idea, entiende su trayectoria y el momento personal en que está inmerso. Nace así Muchache by Sebastián Pons.

Una nueva marca que engloba una serie de elementos que encajan en el momento de la vida en que vivimos. La moda ha cambiado mucho, la génesis y el desarrollo de las tendencias, las nuevas tecnologías, las grandes producciones, el consumismo, el mercado asiático, la sostenibilidad, el reciclaje… La nueva sociedad tiene que tener en cuenta todos estos conceptos a la hora de encaminar nuevos proyectos.

Pons, se encuentra en un punto de su vida más preparado, más consciente e ilusionado donde la tranquilidad juega a su favor. Todo lo ve desde otra perspectiva más clara, humana y realista.

Ha elegido Muchache de “muchacho-muchacha” en alusión a ese nuevo género y a un significado que engloba esa edad en que pasamos de la niñez a la madurez, esa etapa en la que la inocencia todavía tiene un punto de arraigo.

Prendas desvinculadas del tiempo, atemporales, vacacionales donde el elemento casual aparece muy vinculado al LifeStyle de la isla de Mallorca. Diseños de líneas genderless, one size, timeless bajo un marcado elemento artístico y artesano. Se apunta al mensaje de su amiga y compañera de pupitre Stella McCartney, gran abanderada de la moda sostenible, para crear un vínculo emocional con la prenda.

La colección de bienvenida es todo un recorrido muy personal donde se combinan diferentes lotes de tejidos, desde su etapa de estudiante con los primeros prints, pasando por unas telas de cuando estaba en Alexander McQueen, hasta retales de antiguas fábricas textiles. Mucho color, mucha textura para un patronaje de piezas geométricas sencillas que reflejan un look del todo unisex.

Una colección donde toda la intervención de costura está calculada para adaptarse a una producción artesanal.

<<Fui, hice y ahora tengo una marca donde puedo generar e ir creciendo>>.

RAICES
En una Mallorca arraigada a los modos y maneras más tradicionales, nacía Sebastián Pons. El ambiente rural de su pueblo, Alquería Blanca, se convierte poco a poco, en un atractivo turístico para los primeros extranjeros establecidos en la isla.

Muchos de ellos, bohemios y cosmopolitas, se dedican a la creatividad y al arte. A través del contacto con ellos se produce la primera conexión con el mundo cultural.

Con la ayuda de sus vecinos aprende inglés, pintura, cerámica y además descubre la lectura y las artes a través de las bibliotecas de las casas que frecuentaba. Tiene los primeros contactos con la moda y se contagia de la necesidad de salir de la isla para conocer un mundo nuevo que se abría ante sus ojos. Por ello, y tras convencer a su familia, se traslada a Palma para estudiar Diseño de Moda.

Dos años después, en la escuela donde estudia, le animan a presentarse a unas becas de estudio de diseño en el extranjero, promovidas por una institución mallorquina. Se presenta sin ninguna pretensión más que vivir la experiencia. Al día siguiente, le comunican que ha sido seleccionado para iniciar una carrera de cuatro años en Londres, en la escuela Central Saint Martin´s School of Arts & Design.

CENTRAL SAINT MARTIN’S SCHOOL OF ARTS & DESIGN

En septiembre de 1990, llega a Londres con 6000 libras y la matrícula pagada durante el primer año, financiándose el resto gracias al esfuerzo económico familiar y personal. Así emprende cuatro cursos de estudios universitarios de diseño, en la rama Fashion and Textiles, en un centro donde salió una generación compuesta entre otros por John Galliano.

Con su salto de Mallorca a Londres, entra en contacto con la escena underground de los neopunks y new romantics. Puede que ahí resida parte de su esencia creativa, a base de contacto con una sociedad multicultural, de amplio mestizaje en la que expresarse con mensajes potentes.

Compagina los estudios con las prácticas en Stephen Jones trabaja confeccionando sombreros, para clientes como John Galliano, Balenciaga y Claude Montana.

Acaba a los cuatro años y se gradúa como Bachelor of Arts con la calificación First Class Honour entrando a formar parte de una generación compuesta por Stella McCartney, Tristan Webber o Antonio Berardi. Su amigo de la Saint Martin´s, Alexander McQueen, que estaba iniciando su carrera empresarial, se interesa por su trabajo de Fin de Carrera y le ofrece hacer unos estampados muy importantes para la colección The Hunger.

MASTER OF ARTS, McQUEEN, LONDON/NEW YORK

Terminados los estudios a los 23 años y se plantea vivir en Nueva York durante un año, antes de continuar con el Master en la escuela Saint Martin´s. Finalmente, opta por quedarse en Londres ante las expectativas de trabajo con Alexander McQueen, y continua con los estudios a pesar de estar recién graduado. Durante los dos próximos años combina el Master de Fashion and Textiles, las colecciones con McQueen y el trabajo con la firma Copperwheat & Blundell, de Lee Copperwheat y Pamela Blundell.

Se suma a esta actividad los numerosos viajes a la Gran Manzana, donde vende piezas únicas con su propia marca en la tienda Horn, de Miguel Adrover, dándose a conocer en todo el mundo por sus diseños.

Al mismo tiempo, ultima los trabajos de Fin de Carrera. Se trata de una colección titulada Ostia presentada en la Semana de la Moda de Londres y la tesis London Fashion Week: Truth or Dare que analiza la situación de la moda en Londres.

Ostia obtiene un gran recibimiento por la prensa y comerciantes, vendiéndola a las tiendas Barneys y Linda Dresner, de Nueva York, Louis Boston de Boston y a Kokon to Zai, en Londres, en la que tiene como clienta a Björk.

Sin contar todavía con las notas del Master, McQueen le contrata para ser su Design Assistant en la firma Givenchy.

ALEXANDER McQUEEN AND GIVENCHY
PARIS/LONDON/ITALY
1997-2000

Una vez terminado el Master en la escuela St. Martin´s, con 25 años, inicia su carrera profesional en dos empresas simultáneamente. Como mano derecha de McQueen, en París, produce para la firma Givenchy dos colecciones anuales de alta costura y otras dos de Prêt-à-Porter, y en Londres, con la marca Alexander McQueen, otras dos colecciones anuales para mujer y otras dos para hombre. Dos empresas con estilos, diseños y mercados diferentes. Ambos trabajos son emprendidos junto al más importante y visionario diseñador de la moda contemporánea, lo que supone la oportunidad de estar en primera línea de la creación de vanguardia, y abrazar las tradiciones y habilidades de los talleres de Alta Costura. Un maravilloso contraste poder estar en Londres y París al mismo tiempo: en Londres con una nueva compañía que continua creciendo y desarrollándose en el escenario mundial de la moda, y en París el elitista mundo de las casas de Costura. Todo en el ojo de una tormenta de medios de comunicación en constante atención.

En total ocho colecciones de trabajos al año como diseñador, desarrollando los trabajos de especialista en investigación de telas y estampados, control de producción en las fábricas de Florencia y Milán, visita a las ferias internacionales de telas y materiales, coordinación de los equipos de taller en París y Londres, y diseña junto a McQueen las complicadas y espectaculares puestas en escena de los desfiles. En definitiva, adquiere un conocimiento profundo de la industria de la moda desde los enclaves principales del mundo.

Tras tres años en las dos compañías dejando su huella personal en los diseños y producciones, decide ir a Nueva York por la oportunidad que allí se le presenta.

MIGUEL ADROVER

Durante los siete años trabajando con McQueen, desde la Saint Martin´s hasta Givenchy, Sebastián Pons siempre mantuvo el contacto con su amigo Miguel Adrover. Éste acababa de cosechar un gran éxito en la Semana de la Moda de Nueva York con dos colecciones, habiendo recibido muy buena prensa con alabanzas sobre la nueva visión y espíritu de la ropa. Adrover ofrece incorporarse a Sebastián en su proyecto, al estar en conversaciones con el grupo empresarial Pegasus. Sebastián Pons había colaborado hasta el momento con Adrover como consultor, asesor y amigo, y como el futuro se ve prometedor decide arriesgarse y aceptar la propuesta.

Renuncia al contrato con Givenchy y Alexander McQueen por el reto que supone, y por ser la oportunidad de conocer mejor el mercado americano.

En abril del 2000, llega a Nueva York y en mayo Adrover firma con Pegasus, llegando el capital suficiente para crear una compañía con las infraestructuras necesarias, siendo contratado desde ese momento como Design Director. Junto a Adrover, Sebastián Pons se dedica a montar un estudio de dos plantas en la calle Bowery de Manhattan, selecciona al personal que formaría el equipo del estudio, y empieza a trabajar como director artístico y director técnico, viajando de nuevo a Italia para supervisar la producción, y a París para seleccionar el material en las ferias. En definitiva, aplicando su experiencia en diseño y en la industria de la moda para crear la empresa.

La compañía vende en las principales ciudades americanas como Nueva York, San Francisco, Chicago, Washington o Miami. Él está en todo momento asesorando directamente a los clientes y apoyando las promociones, con su presencia, en todo el país. En Los Ángeles vistieron modelos suyos numerosas actrices de Hollywwod como Demi Moore, Drew Barrimore, Madonna y Chloé Sevigny que llevó un vestido de Adrover en la ceremonia de los Oscar.

Llegan años de numerosos éxitos en Estados Unidos y en todo el mundo, vivir en la cosmopolita Nueva York, y viajar a países como Egipto que le abren a nuevas culturas, experiencias que le servirán como fuente de inspiración para su trabajo.

Tras los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, la compañía sufre una crisis a causa de la inestabilidad económica del momento. Por este motivo y por el malentendido sobre la inspiración egipcia de la última colección, deciden no presentar en febrero del 2002.

En ese periodo, y tras el shock por lo acontecido, decide volver al calor del hogar, regresando al pueblo de Mallorca donde se crió, y así reflexionar sobre todo lo que había pasado. Éste fue el momento en que más tiempo había permanecido en España tras abandonarla para estudiar en Londres. Aquella situación fue una oportunidad para reconsiderar y ser capaz de disfrutar de su fondo cultural español, y captar así una visión más fresca de sus raíces.

Sebastián se dedica a viajar por varios países y a hacer consulting de moda en Brasil, hasta el mes de marzo en que se traslada a Nueva York para empezar la producción de la colección de septiembre con Adrover, Citizen of the World, sobre la que hubo una respuesta rectificadora por parte de la prensa crítica en el pasado.

Tras la presentación, y después de un periodo de reflexión en España, Sebastián recapacita sobre sus necesidades como creador, y decide en diciembre del 2002 abandonar la compañía con la decisión de crear su marca, utilizando la experiencia cosechada para seguir el camino en solitario y expresar su propio estilo.

Agradeciendo las oportunidades que le habían brindado hasta el momento, con gran entusiasmo, decide crear su propia empresa con base en España. El estilo personal en moda de Sebastián Pons se configura gracias a las maravillosas experiencias laborales que ha tenido, las cuales le han permitido obtener un profundo y realista conocimiento de la estructura de una compañía de moda. El bagaje adquirido en las empresas antes mencionadas, y los numerosos viajes a ciudades y culturas que le han inspirado y marcado su personalidad, son los ingredientes que forman el espíritu de la firma Sebastián Pons.

SEBASTIÁN PONS
ÍTACA, New York

En el 2003, debuta su colección homónima en Nueva York. Desfilar a la misma hora que un peso pesado como Dona Karan, el último día de la Semana de la Moda de Nueva York, es una rompiente añadida para su primera travesía en solitario después de abandonar la nave de Miguel Adrover, pero sorprende con una colección que recorre todo el Mediterráneo, «es mi vida, mis raíces, de donde vengo y adonde voy». Pons satisface con creces la expectación que había despertado su puesta de largo con cada pieza de ropa, cortada y cosida a conciencia, fiel reflejo de mano de costurera. Una colección que muestra la experiencia de un viajero marcada por el devenir de la moda.

Todo un triunfo en las pasarelas neoyorquinas que lo convierten en ese momento, junto a Custo Dalmau, en uno de los diseñadores españoles más internacionales.
España es multicultural y pueden exportarlo. Nueva York es una ciudad que puede entender perfectamente este concepto, sobre todo con todas las influencias hispanas.
En busca de apoyo y financiación, con el objetivo de consolidar su compañía, hacer moda española y exportarla al resto del mundo, decide volver a España en 2004. Junto a él, un pequeño equipo de fieles le acompaña. Trabajan en su casa de Alquería Blanca, una casa antigua donde confeccionan toda la colección.
Aprovechando su estancia en la isla, participa en 2005 en la I Pasarela Mallorca organizada por la Fundación Ars Nova con el apoyo institucional. Pons cierra el desfile con la colección, El beso, inspirada en el amor hacia la cultura mediterránea, usando la tradición para convertirla en evolución. Una colección marcada por la transformación del mítico tejido de llengües, el lino, los algodones y el ganchillo en piezas vanguardistas para exportar todo el estilo y el saber hacer autóctono por todo el mundo.
Un año más tarde, su fascinación por las culturas mediterráneas y en especial, la pasión que siente por el mundo egipcio, le llevan a presentar en el palacio del Marqués de Gaviria en Madrid, la colección Cleopatra Superstar. Este edificio palaciego del siglo XIX, considerado como uno de los más lujosos de su época, se convierte en escenario de exhibición de una colección donde la egiptología se entremezcla con su “yo” más íntimo. Sus colecciones siempre han sido muy personales, reflejo de situaciones y acontecimientos que van marcando su vida.
Los caprichos del destino hacen que se centre aún más en Mallorca, donde emprende un nuevo proyecto ligado a la Escuela Superior de Diseño de las Islas Baleares. Su carrera profesional da un viraje hacia la formación y la docencia y, el que fuera alumno aventajado, se convierte en profesor. Paralelamente, su trasfondo personal viene marcado por la enfermedad de su padre. La vida familiar toma protagonismo y la ausencia del progenitor en el 2008, provoca un cambio de modus vivendi. Junto a sus hermanos, pone en marcha una empresa de agricultura ecológica retomando de esta manera, las raíces del amor hacia la tierra, la pasión por la naturaleza y por la vida.

La paz y el sosiego del campo se ven alterados por el bullicio de la metrópolis. En 2012, regresa a Nueva York y estando hospedado en el National Art Club, justo delante se encuentra el Gramercy Park, un parque en pleno centro al que sólo se puede acceder si se es vecino de la zona. Esta peculiaridad se convierte en su inspiración para hacer la colección y vuelve a crear, una historia personal.

Un emocionado, Sebastián Pons dedica Secret Garden a Alexander McQueen, justo en el segundo aniversario de su repentina muerte. El primer look que se sube a la pasarela lleva su nombre y su identidad. Aunque también algo de Dior y de ese aire retro victoriano.
Una Colección Cápsula de esencia vintage con telas rescatadas de antiguas fábricas textiles de Sabadell, telas mallorquinas, lienzos de algodón, paño, lana inglesa y accesorios de todo tipo procedentes de la Fundación Allen Graham. En el emblemático centro neoyorquino de ping-pong, SPIN, situado en el corazón de Manhatann, Susan Sarandon es testigo de excepción del regreso del diseñador mallorquín que nos descubre su jardín secreto ante un añorado público y la prensa especializada más exigente.

Mallorca es su refugio, su casa… pero Nueva York es el centro de todo, es el lugar en el que su trabajo cobra sentido. Con Secret Garden retoma el contacto con el mercado americano.

A raíz de la presentación de la colección, la empresa americana Short Bark Industries, dedicada a la producción de prendas de alta calidad y rendimiento para el ejército de EE.UU, cuyas raíces se remontan a la época de Vietnam, se interesa por su trayectoria y es contratado para desarrollar la marca BearField. Fascinado por la imperante influencia de la ropa militar en la moda contemporánea, trabaja revisando los patrones básicos de los años 60 y 70 de la mítica chaqueta M-65. Sin dejar de lado la creatividad, interviene en el diseño de una camisa para el FBI. Toda una experiencia americana que, aunque no tiene nada que ver con su trayectoria anterior, ligada a la moda londinense y a la alta costura parisina, supone un gran aprendizaje dentro de un importante entramado empresarial.

A partir del 2014, retoma su recorrido formativo en el Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona. Como director creativo de Proyectos de Final de Carrera interviene en el asesoramiento y orientación de los futuros creadores, gracias al gran bagaje profesional que le permite conocer todas las herramientas necesarias para la producción de moda.
En todo momento, aunque las circunstancias le llevan a desarrollar unos proyectos u otros, su iniciativa siempre es la de ser un creador.

HOMENAJE A McQUEEN
Sólo un año después de su desaparición en 2010, el MET de Nueva York inaugura una exposición con piezas que abarcan diseños de su propia marca, de sus años en Givenchy y piezas de coleccionistas como las de Isabella Blow, su gran y fiel amiga/musa, quien le descubrió en la presentación de su primera colección en 1992 inspirada en Jack el Destripador, que realiza tras su posgrado en Central Saint Martin’s.

En el 2015, la muestra viaja a la ciudad que vio crecer al enigmático diseñador. Savage Beauty, el homenaje a McQueen en el Victoria & Albert Museum se convierte en palabras de Suzy Menkes <<en una delicia visual aún más potente que la versión original del Museo Metropolitano de Nueva York en 2011>>.

La presencia de Sebastián Pons en la exposición así como la colaboración en diversas biografías publicadas como Alexander McQueen: Blood Beneath the Skin (Sangre debajo de la piel) escrita por Andrew Wilson y Gods and Kings: The Rise and Fall of Alexander McQueen and John Galliano (Dioses y Reyes: El ascenso y la caída de Alexander McQueen y John Galliano) de Dana Thomas empiezan a despertar el interés de la implicación del diseñador mallorquín y coloca en una primera línea los que formaron parte de su círculo más íntimo. El testimonio de Sebastián Pons ayuda a ilustrar cómo fue la experiencia, reflejando en todo momento qué papel tenía dentro de Alexander McQueen y cómo se creó su empresa. En su gestación y desarrollo hubo tanto genio del londinense como talento del español, que se convierte en el primer asistente de la casa.
En McQueen, documental que se proyectó el pasado mes de junio en el Picturehouse Central de Londres, dirigido por Ian Bonhôte y escrito por Peter Ettedgui, refleja el auténtico retrato del legendario diseñador a través de exclusivas entrevistas con sus amigos, colaboradores y parientes más cercanos.

Imágenes emblemáticas y relevantes donde se reconoce el arduo trabajo de Sebastián Pons, el cual ha participado en la grabación. <<Me llamaron para grabar varias entrevistas en Londres. Sabían quién era yo y querían tenerme a toda costa>>.

Carme Coll, experta en moda 

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