La actual pandemia por Covid-19 ha obligado a muchos a convertir sus hogares en oficinas, gimnasios, lugares de ocio o incluso en colegios para todos aquellos que son padres. Desde marzo, muchas de nuestras costumbres han cambiado, y hemos tenido que ir adaptándonos a una nueva realidad a la que todavía nos estamos acostumbrando. Las reuniones a través de la pantalla del ordenador o del móvil ya forman parte de nuestra nueva rutina y estas nos han «obligado» a quitarnos el pijama o la ropa de hacer deporte y a enfundarnos ropa con la que estar «arreglada» para esas reuniones con los compañeros de trabajo.
La tendencia de la temporada es combinar sofisticación con comodidad
La pandemia de coronavirus ha puesto patas arriba nuestra rutina y lo ha cambiado todo, también la forma en la que vestimos. El confinamiento estricto ha terminado pero el teletrabajo continúa y la vida social se parece poco a lo que conocíamos antes de marzo.
Con el cierre de las oficinas las americanas se quedaron en los armarios, las faldas lápiz pasaron a mejor vida y los grandes bolsos donde meter todo lo necesario para pasar el día fuera de casa empezaron a coger polvo. No parece que la cosa vaya a cambiar pronto.
Basta con echar un vistazo a los catálogos de las colecciones de otoño de marcas como Zara, termómetro de tendencias del español medio. En ellos abundan las prendas y vestidos sueltos, los conjuntos estilo pijamero y las cinturas elásticas. Aquí la clave está en los tejidos: la seda y el punto se abren paso frente al clásico pantalón deportivo o de chándal y al algodón.
De hecho, las firmas se han puesto las pilas y han dado una vuelta al clásico pantalón de oficina para hacerlo más cómodo y adaptado a los nuevos tiempos. Más fluidos y menos rígidos para trabajar desde casa de forma cómoda y sofisticada a la vez.
Y si las siluetas fluidas triunfan, si nos fijamos en el calzado las deportivas siguen siendo el zapato estrella. La pandemia no ha hecho más que fortalecerlas. Según el informe trimestral presentado por la plataforma de búsqueda Lyst, Nike es la marca más deseada por los consumidores a nivel internacional. Es la primera vez que una marca de lujo no ocupa el primer puesto del ranking y que una firma deportiva llega tan alto.
De hecho, ya se empieza a hablar del término workleisure, un derivado del viejo athleisure, que se utilizaba para definir cómo la moda deportiva se había adaptado a las calles. Ahora se añade el teletrabajo y pandemia y las marcas han sabido explotarlo. Desde marzo las tiendas online, especialmente de las firmas low-cost, han ido añadiendo pestañas con una selección de prendas para estar y trabajar en casa.
La crítica y directora de moda de The New York Times, Vanessa Friedman, ya ha encumbrado la que será la prenda clave durante el otoño: el jersey Zoom, en referencia a la popular plataforma. En un largo ensayo sobre cómo vestimos en la vuelta al trabajo después de las vacaciones, la experta analiza varias claves, entre las que señala que pasada la época de confinamiento duro en la que muchos tiraban de chándal y zapatillas de andar por casa, psicológicamente es necesario vestirse cada día como si fuéramos a ir a la oficina.
Es aquí donde el jersey se erige como prenda vencedora. Es menos impostado en una videollamada de trabajo que una americana entallada o una hombrera pronunciada y se puede jugar con los estampados o los colores. Friedman propone rayas o incluso lentejuelas, pero entre las tendencias de la temporada también hay plumas o encaje.
Consejos para verse bien en una videollamada
Lo primero, y aunque parezca obvio, para verse bien en una videollamada es vestir como si fueras a salir a la oficina, aunque eso no quiere decir que haya que ponerse la misma ropa. Ponerse traje y corbata podría quedar antinatural.
En los últimos meses los expertos han detectado problemas de autoestima y aumentos en los retoques estéticos por el auge de las videollamadas. El ángulo y la luz son fundamentales para quedar bien en cámara. Es fundamental colocar el ordenador a la altura de los ojos, nunca por debajo. Para elevarlo basta con colocar unos cuantos libros hasta alcanzar la altura deseada para lograr un buen encuadre. En cuanto a luz, lo ideal es colocarse de frente a la ventana y evitar a toda costa que la luz entre por detrás de nosotros.
Carme Coll, experta en moda.
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