Encima de la acera, ocupando varios sitios, taponando salidas de emergencia, en las plazas reservadas para discapacitados, en vados permanentes o, aparcando con calzador atrapando a conductores.
Vas como loco buscando aparcamiento y de repente encuentras una plaza pero, ¡vaya! Es demasiado estrecha. Y aun así piensas… «Igual sí que entra». Te arriesgas a aparcar tu vehículo pero ¿podrás salir bien del coche? El eterno dilema. En una situación así hay quien decide ni intentarlo y buscar otro aparcamiento, pero los más obstinados deciden meterlo en una plaza por muy estrecha que sea, o al menos intentarlo, a base de maniobras. Aparcar el vehículo con calzador y no permitir que el resto de usuarios no puedan ni entrar en su vehículo se contempla como una infracción grave que se sanciona con 200 euros, y hay que dar avisa la Policía Local.
«Calcula un poco porque si no cabe, mejor que busques otro aparcamiento para evitar posibles roces, tener que salir por el maletero y dejar totalmente cerrado a otros conductores», es el denominado aparcamiento con calzador.
Como nos recuerda Toni Cánovas, director en formación de seguridad vial desde Grup Cánovas, impedir incorporarse a la circulación a otro vehículo estacionado correctamente es una infracción grave que se sanciona con 200 euros, advierten los agentes sobre la mala costumbre de no respetar las distancias mínimas.
Los coches modernos son todo un lujo para los menos hábiles cuadrando espacios al volante. No sólo pueden contar con sensores de aparcamiento o incluso cámaras de visión trasera, sino que cada vez en mayor medida, incorporan sistemas de aparcamiento automático, en los que el conductor sólo debe ocuparse de los pedales, el coche hace todo lo demás. Es cierto que al principio, hace unos años, necesitaban un espacio mucho más grande que el tamaño del coche, pero ahora se han mejorado y ajustado tanto, que con tener incluso menos de un metro de margen, el coche puede aparcar de manera casi autónoma.
Con todos estos sensores, el aparcar de oído debería haberse extinguido totalmente, pero por desgracia no es así. La que sí parece erradicada por completo es la costumbre que se estilaba en los 70 y en los 80 de mirar directamente hacia atrás con el brazo derecho rodeando el reposacabezas del copiloto. Con los grandes y modernos retrovisores, cuesta ver conductores aparcando de esta forma.
¿Cómo se penaliza un mal aparcamiento?
El Reglamento General de Circulación establece los lugares en los que no se puede estacionar. En el artículo 94 se mencionan las aceras, los pasos de peatones o los vados, entre otros espacios obvios como sobre los raíles de un tranvía. Este reglamento también deja claro que el estacionamiento no debe impedir la circulación de otros vehículos, lo que penaliza a los que se pegan demasiado.
Este texto se complementa con lo que especifican las ordenanzas municipales de cada ciudad. Son muy parecidas entre sí. Muchas añaden un detalle que no aparece en el Reglamento General de Circulación: hay que aparcar respetando las líneas que acotan cada estacionamiento. Las ordenanzas, en su mayoría, dicen que «cuando el espacio destinado a estacionamiento esté delimitado en el pavimento, deberá estacionarse dentro del área marcada».
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Alcampo (Marratxí) 971 60 40 56 (abierto sábado hasta las 21:30 hrs)
Toni Cánovas, director de formación en seguridad vial
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