Limpiezas traumáticas ¿quién limpia esto?

Cuando te encuentras con ciertas escenas, como una inundación, un incendio de una vivienda, la escena de un crimen, o la casa de una persona que sufre síndrome de Diógenes, uno se pregunta, ¿quién limpia este lugar?, ¿quién retira toda esta basura? son trabajos en los que nunca habías caído.

Pedro Miró, director técnico de Brillosa avanza en IB Magazine este servicio discreto, delicado y especializado que incorpora la empresa líder en el sector limpieza de Balears. Son los denominados escenarios traumáticos. Dice Miró que, «con en el síndrome de Diógenes, nos encontramos con mucha basura e incluso animales muertos. Nuestro equipo profesional requiere de una formación y de una confidencialidad absoluta, ante los casos que limpiamos”.

Brillosa ha participado en la limpieza de rastros de suicidios, homicidios, acumulación de basuras por síndrome de Diógenes, o cadáveres que nadie reclamó. Un servicio, tan necesario como desagradable, al que pocos se dedican como dice el director técnico Pedro Miró, en la foto.

“No existe ninguna legislación vigente sobre el estado de salubridad de una vivienda en la que ha muerto una persona. No es solo la limpieza, también la desinfección”, explica Miró. Algunas familias ni siquiera saben lo que se encontrarán al llegar a casa. Unos se liberan de escrúpulos y se encargan ellos mismos de la tarea, otros se inclinan por contratar empresas tradicionales de limpieza.

El ritual de limpieza es escrupuloso. En el rellano de la casa se crea una zona de seguridad, que consiste en una lona desinfectada extendida en el suelo. Allí, los operarios se colocan el mono blanco impermeable que les cubre de arriba abajo y que no se quitarán hasta que finalice la limpieza. Sus manos están cubiertas por unos guantes de látex o de tela que a su vez envuelven con otros de goma, largos hasta los hombros. Respiran a través de una mascarilla que asegura un grado de protección solo superado por las usadas en las fugas radioactivas.

Imagen de un incendio antes de actuar.

Apunta Pedro que lo más penoso es la sangre, pero lo más laborioso es limpiar la escena de un incendio o separar los desperdicios. Hay viviendas de personas que han acumulado toneladas de basura en todas las estancias antes de morir. Son los síndromes de Diógenes graves. El baño, la cocina y el comedor pierden su denominación y adquieren la misma función: vertedero.

La misma estancia tras la actuación de Brillosa.

Pero lo peor no entra por los ojos, sino por la nariz. El olor es el gran enemigo. Los limpiadores cuentan con dos armas para combatirlo: el ozonizador y el ionizador. El primero desprende ozono, que descompone y desinfecta el aire, pero es tan potente que debe trabajar solo, y tras 10 minutos conectado, los ojos se secan, la garganta pica y no se puede respirar. La casa debe ventilarse el mismo número de horas que ha estado actuando la máquina.

Los profesionales que se dedican a este tipo de trabajos suelen llevar trajes especiales y mascarillas. Portan ozonizadores para desinfectar el ambiente y acabar con los malos olores, así como ionizadores que cumplen esta misma función.

Brillosa

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Correo: [email protected]

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