Mallorca puede presumir de su vegetación, en la que destacan los pinos. Estos árboles son también el hogar por excelencia de las temidas, y casi invencibles, procesionarias. Son muchos los insecticidas que se han utilizado para intentar detenerlas, perjudicando al medio ambiente y a diversas especies. Por eso, Jardins CJV ya hace uso de un método innovador, llamado endoterapia vegetal.
Tal y como su gerente, Cristian Juzgado, explica, la endoterapia vegetal es un tratamiento fitosanitario que se diferencia de los demás por su aplicación. «Se inyecta en el arbolado, evitando así los daños en el ecosistema y haciéndolo más efectivo».
El método de aplicación es sencillo. Primero debe medirse el diámetro del tronco para saber cuántas aplicaciones necesita cada árbol. Después, con una broca, se realiza un agujero en el que se inyecta el producto, compuesto por insecticida y abono. Finalmente, se tapona para que no salga y sea absorbido por la savia del árbol.
«El insecticida no es más que una bacteria que detiene el crecimiento de la oruga para que termine muriendo», sentencia Juzgado. Y este debe aplicarse durante los meses de septiembre y octubre, cuando la procesionaria es aún pequeña y débil. Y es que, una vez crecen, las orugas crean una bolsa protectora y dejan caer heces de color verde bajo los árboles.
Cada vez es más la gente que apuesta por la endoterapia vegetal. Su aplicación es cada dos años y «no es costoso porque, además, no perjudica el medio ambiente».
Si se desea más información, el teléfono de contacto es el 678323333.
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