La caja negra, abre el caso de ‘El niño de la maleta’

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La caja negra de ib magazine, rescata el caso de «el niño de la maleta».

El 29 de noviembre de 2010, el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Maó ordenaba el ingreso en prisión incondicional y sin fianza para Mónica Juanatey Fernández la madre del menor cuyo cadáver fue encontrado una semana antes el interior de una maleta, tras confesar la progenitora que lo mató ahogándolo en la bañera.
Los hechos, según información policial, apuntaron a que la madre, nada más ser detenida, relató a la policía que se había encontrado a su hijo muerto (en el año 2008) y que por miedo lo ocultó. Tras las pruebas consistentes presentadas por los investigadores, el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía, la mujer se derrumbó y reconoció que lo había ahogado porque se sintió «agobiada».

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Mónica Juanatey y su hijo

La trágica historia se inicia en Noia (A Coruña), donde Mónica tuvo a César (menor asesinado de nueve años) como madre soltera. En un primer momento la detenida convivió con el padre biológico del niño, pero la situación era insoportable y decidió irse a vivir con sus padres.

 

El pequeño César permaneció en el domicilio de los abuelos maternos y cursando estudios desde el año 2003 hasta el final del curso 2007-2008. En el año 2007, Mónica J.F. conoció a un hombre por internet residente en Maó (un cibernovio). Fruto de esa relación a través de la red la madre decidió marcharse a vivir con él. Fue entonces cuando se marchó a la Isla y dejó al pequeño con sus padres. Transcurridos unos meses, concretamente el día 1 de julio de 2008, los abuelos enviaron al niño en avión hasta Menorca para que se hiciera cargo de su hijo. Ella, a su actual pareja, nunca le había dicho que tenía un hijo y le dijo que se trataba de su sobrino y que pasaría con ellos unos diez días de vacaciones.
Cuando pasaron los diez días, Mónica le comentó a su actual pareja que el niño ya se había ido. La dura realidad era otra. La detenida cogió a su propio hijo, lo metió en la bañera y lo ahogó. Acto seguido cogió la maleta, de color rojo y de unas dimensiones de 80 x 60 centímetros, introdujo el cadáver, cogió el coche y lo deposito en el monte.
Durante dos años, los abuelos le mandaban regalos y como ninguno de ellos les fue devuelto no sospecharon nada. Es más, incluso por internet la madre comentó a sus amistades que el niño había hecho la comunión Las relaciones entre la familia eran nulas.
El 31 de octubre de 2012, el juez imponía la máxima condena posible para Mónica Juanatey. El magistrado que presidió el jurado le impuso una condena de veinte años de prisión para la mujer que ahogó a su hijo en una bañera y luego se deshizo del cuerpo en una bañera. La sentencia aludía al «reproche no ya jurídico sino social a una madre que mata intencionadamente a su hijo, y aún más si éste tiene sólo nueve años». A esto suma a la hora de fijar la pena la conducta posterior al crimen de Juanatey: el ocultar el cuerpo y fingir durante dos años a través de internet que el menor seguía con vida ante sus familiares.

Monica Juanatey
Juanatey en el banquillo de los acusados

Una vez que el jurado había decidido la culpabilidad de Juanatey y que ésta era plenamente consciente de lo que hacía, la sentencia tenía sólo que decidir la pena. Entre los 15 años que solicitaba el abogado de la defensa y los 20 que pedía el fiscal.

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Julio Bastida, periodista Ultima Hora/Sucesos