Este 7 de junio nos dejaba Chicho Ibáñez Serrador, un maestro, nuestro maestro, que hizo de la televisión un mundo más divertido, entrañable, emotivo y aterrador. Un director y productor que hizo de un instrumento como lo es la televisión, una ventana hacia un mundo mejor.
Miguel Herrero, nuestro compañero y periodista, se ha declarado siempre fanático del programa y del universo de Chicho. «Mucha gente se ha echado a llorar ante la noticia de su fallecimiento. Y es que Un, dos, tres… fue un programa, pero a la vez fue algo muy especial y clave en la historia nacional», asegura con pena un fan incondicional hacia un icono de la televisión que ya no está.
Herrero tuvo la suerte de estar muy cerca de Chicho, y no solamente porque tuvo el privilegio de conocerlo en persona, sino porque es el autor del libro ‘Un, dos, tres, responda otra vez: la historia del mejor programa de nuestras vidas’. A través de él, ha podido recopilar todo el material guardado del programa y su historia. «Era prácticamente imposible contactar con Chicho Ibáñez a causa de su enfermedad, así que hablé con su hijo para que él le pidiera permiso para escribir el libro. Su productora me lo puso muy fácil porque mi sentimiento hacia su mundo siempre ha sido muy sincero», explica Herrero.
El periodista recuerda el 40 aniversario del programa con nostalgia. Durante la celebración del evento en un hotel de Madrid, Chicho, Mayra Gómez Kemp y las azafatas se presentaron por sorpresa, dejando alucinados a todos los asistentes. «Se ha ido un gran productor, director y experto en terror y entretenimiento», dice. Porque había vida y humanidad en todo lo que él hacía y decía.
Pero aún nos queda Chicho para muchos años más. Siempre que se vean sus películas y programas, viajaremos en el tiempo convirtiéndonos en niños que disfrutan de su magia como si fuera la primera vez.
Recordemos que en enero de este mismo año, Chicho recibió el Goya de Honor aunque no pudo asistir a la gala de Sevilla y hace apenas unos días la Filmoteca de Barcelona le rendía homenaje en un acto al que tampoco pudo acudir por su delicado estado de salud.
Ibáñez Serrador estuvo muy vinculado a Mallorca, donde incluso tenía una casa en el Port d’Andratx. De hecho, en 2004 recaló en Palma, donde junto a su esposa Lorena, el presentador de entonces de Un, dos, tres, Luis Roderas, y las azafatas del mismo, acudió a la apertura de una tienda de su hijo, Alejandro, en el carrer Oms.
Narciso Ibáñez Serrador (Montevideo, 1935) era el hijo único de la pareja de actores Narciso Ibáñez Menta y Pepita Serrador. En los cincuenta, ya en España, trabajó como actor en la compañía de teatro de su madre y, poco después, pasó a la dirección teatral. En 1957 regresó a Argentina e inició junto a su padre una gran carrera, firmando a menudo con el pseudónimo de Luis Peñafiel.
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