Solo, la segunda película de Hugo Stuven se estrena el 3 de agosto

Hugo Stuven y su equipo viven los nervios de las horas previas del gran estreno de Solo, el filme que cuenta la historia real de un surfero español que cayó por un acantilado y estuvo al borde de la muerte. Stuven, ha querido compartir con IB Magazine, la extraordinaria experiencia vivida en el rodaje y post producción de la cinta interpretada por Alain Hernández que interpreta a Álvaro Vizcaíno, un surfista español precipitado en un acantilado y se encontró a sí mismo con la muerte.

El realizador Hugo Stuven se sitúa, junto a J.A. Bayona, entre los pocos cineastas españoles que eligen el cine de supervivencia para contar una historia íntima y dolorosa.

Basada en hechos reales, Solo cuenta la agonía del surfista Álvaro Vizcaíno que, en septiembre de 2014, sufrió una terrible caída tras precipitarse desde un acantilado en una playa de Fuerteventura en la que logró sobrevivir dos días sin agua ni comida y con graves roturas en su cuerpo.

Un total de 48 horas extremas en las que el personaje, interpretado por Alain Hernández, pelea también con sus fantasmas interiores. «Cuando Álvaro me contaba aquellos momentos, vi en él una tristeza profunda que me atrajo muchísimo», explica Stuven, quien convenció al personaje real para que «le dejara hacer». «Él tenía muchas ganas de expresar cosas, quería decir, y yo opté por transmitir solo con imágenes; también fue un reto narrativo», añade el director y también guionista.

Hugo Stuven, que se presentó en el largometraje con Anomalous, un thriller escalofriante rodado en inglés, repite en esta segunda asuntos que le importan: la condición humana, la culpa, la pérdida, y la posibilidad de enmendar errores.

Porque esta es también la historia de un hombre que se ha alejado de todo (y ha alejado a todos) y que, cuando toca fondo y sabe que va a morir, se arrepiente y se perdona. Un rodaje extremadamente difícil Álvaro, además de ser una persona real (que aparece en los planos finales de la cinta) «es un personaje complicado de interpretar», explica Alain Hernández, y no solo por su componente físico, sino por la parte emocional. «Una persona tan hermética que tiene que llegar a ese límite para darse cuenta de las cosas que está haciendo mal», detalla el actor. «La redención, el perdón, los abrazos que te faltan de la gente que más quieres, eso fue lo más complicado», dice, con ser el trabajo físico verdaderamente notable. Hernández, cura en Que baje Dios y lo vea (2017) y policía en El rey tuerto (2016), se arrastra en Solo con su cadera rota y sin usar una mano, destrozada; moverse, nadar, pelear con las gaviotas o recolectar basura, todo ello desde el casi mutismo del personaje, que apenas expresa su dolor con palabras. Todos los involucrados en el rodaje reconocen que fue extremadamente difícil, «había secuencias que no sabíamos cómo las íbamos a hacer», reconoce Stuven, quien únicamente se impuso el tiro de cámara a la altura de los ojos del actor. «Decidí que fuera orgánico, y muy de verdad», así que, explica el director, las gaviotas «eran las que había allí, los peces, la turbidez del agua…». Stuven, explica en este entrevista en canal 4 radio que, se ha ayudado de unos planos aéreos grabados con un dron que ponen en su sitio la inmensidad del mar, la dureza del paisaje, la belleza, y a la vez, la agonía del protagonista. Ver a un personaje «tan herido, que no come ni bebe, y verle aceptar que va a morir, rodeado de un paisaje increíble que otros pagan por ver, era un contrapunto curioso», indica el director, que contó con la increíble playa de Jarugo, en El Jablito, donde ocurrió de verdad el accidente, como el escenario perfecto.

Pareja tóxica Los otros dos, Ona (Aura Garrido) y Álvaro (Henández), son una pareja tóxica «que no es sana, porque no se tratan de tú a tú, ni se respetan de la misma manera, sino que caen en miedos y posesiones, especialmente él con ella», explica la actriz catalana. A la protagonista de Stockholm le parece que este tipo de relaciones son «más comunes» de lo que deberían, por lo que le parece «importante» plantearlo en el cine: «A veces idealizamos las historias de amor cuando la realidad es mucho más compleja», señala. «Me pareció bonito hablar de todas esas cosas que son muy fuertes, muchas veces, sin nombrarlas, y frenar algo muy tóxico y hacerlo desde la paz», apunta la actriz, que, según el director, «eleva cualquier papel a una potencia desmesurada» porque «tiene un talento increíble».

Escucha PODCAST  de la entrevista a Hugo Stuven en IB Magazine