Hemos hablado en numerosas ocasiones de los vehículos autónomos. De hecho, aunque nos parezca mentira, ya hay vehículos de este tipo circulando por nuestras islas (los vehículos Tesla pueden circular autónomamente en vías interurbanas).
Hemos hablado largo y tendido de los beneficios que puede traer este tipo de vehículos (sobre todo si los combinamos con combustible eléctrico). Pero hoy vamos a hablar de algo que puede interesarles a los ayuntamientos: Cuanto dejarán de recaudar por este tipo de vehículos.
Y será de 5 formas fundamentalmente:
Apenas se recaudará por multas de tráfico
Los vehículos autónomos no pueden saltarse las reglas, no se pueden saltar semáforos, ni stops, ni hacer adelantamientos imprudentes. En el ayuntamiento de Madrid el año pasado fueron 197,9 millones de €, el 4 % de la recaudación total del ayuntamiento, un pedazo muy jugoso que dejarían de ingresar casi íntegramente.
Aparcamientos regulados
La famosa zona hora dejaría de tener sentido, ya que a los vehículos autónomos, una vez te dejan en tu destino, les puedes indicar que vayan a aparcar por sí mismos a zonas que no tengan hora, viniendo a buscarte a la hora que le indiques o en el momento que lo llames desde el smartphone. Volviendo al caso del ayuntamiento de Madrid, dejarían de recaudar 96 millones de € más en concepto de estacionamientos según cifras de 2017.
Impuestos del combustible
Cambiaría el paradigma de consumo de combustible, ya que cuando estos vehículos además de autónomos sean eléctricos (van de la mano ambos conceptos), también desaparecerán los ingresos por los impuestos aplicados a los combustibles fósiles. Este impuesto estoy seguro que lo justificarán por otro lado.
El carné de conducir
Hoy por hoy es obligatorio tener carné de conducir para poder circular con un vehículo autónomo. De hecho la puesta en marcha y el paro del coche es obligatorio en todas las ciudades que lo haga un humano. Pero se están desarrollando varios modelos de coches sin volante ni pedales, y en ese caso, ¿tiene sentido el carné?. En realidad es como un coche con chofer, pero electrónico, y está claro que en este escenario, el carné no tiene sentido. En 2016 la DGT ingresó unos 45 millones únicamente por exámenes de acceso al B1.
Fisura en el empleo
Transportistas, taxistas, chóferes, conductores profesionales en general verán peligrar sus puestos de trabajo. De hecho, es una de las profesiones con gran peligro de desaparecer en un futuro no muy lejano.
No tengo duda que el futuro es, como he dicho en varias ocasiones, eléctrico y autónomo, pero los ayuntamientos tendrán que empezar a pensar en alternativas para compensar esta «otra cara» que tienen estos vehículos.
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Xisco Luque programador, especialista en tecnología de IB Magazine
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