El secreto de la gran pirámide: un nuevo hallazgo desconcierta al mundo

Desde siempre las construcciones de Egipto han sido uno de los mayores enigmas dentro de la historia de la humanidad. Incluso hay muchos que creen que ya lo sabemos todo sobre Egipto y su historia y que ya no podemos sorprendernos con nada. Nada… más lejos de la realidad. Las pirámides fueron construidas hace miles de años, cuando aún no existía ningún tipo de maquinaria, hecho que a día de hoy sigue maravillando al mundo de la ciencia por el ingenio empleado y el enorme esfuerzo que ha hecho que todavía podamos disfrutar en pleno siglo XXI, de una de las maravillas más bonitas del mundo. Han descubierto cámaras ocultas, accesos y pasillos dentro de la pirámide que nos hace pensar que hay muchas más “estancias” dentro de las pirámides que pueden llevar a otras cámaras ocultas.

Pero lo que ha descubierto recientemente un equipo internacional con sede en la Universidad ITMO de San Petersburgo, Rusia, es que la “Gran Pirámide” de Guiza, (también conocida como Keops) genera un campo electro magnético a cierto tipo de ondas de radio. Es decir, que la pirámide de Keops, genera energía propia. Han descubierto que, bajo condiciones de resonancia determinadas, la pirámide genera energía electromagnética tanto en sus cavidades internas como en todo el entorno construido por debajo del suelo sobre la que está asentada la pirámide. Estaríamos hablando entonces de que “La gran pirámide”, es un gigantesco canal receptor de energía.

Campo electro magnético

DESPUÉS DE TANTAS DÉCADAS DE INVESTIGACIÓN Y DE LA PUBLICACIÓN DE LIBROS PSEUDOCIENTÍFICOS, podemos decir que ¿ESTA NOTICIA PONE PUNTO Y FINAL A LAS DUDAS QUE HAY EN EL MISTERIOSO MUNDO DE LAS PIRÁMIDES?

Podemos asegurar que es la primera vez que revistas científicas importantísimas en el ámbito de la investigación, publican “algo” relacionado con lo que hace décadas se cuestionaba. Es decir, han publicado los resultados y la constatación a fin de cuentas de que ocurre algo dentro de las pirámides, que escapa a nuestro entendimiento. Es decir, queda comprobado que, en la pirámide de Keops, de alguna forma se genera un campo electromagnético, un campo de energía que no sabemos cómo o qué la genera. Lo que ocurre es que la arqueología tiene sus límites: no hay textos en las pirámides, no hay demasiada información salvo que haya algún hallazgo arqueológico y los jeroglíficos que hay tampoco arrojan mucha información. Entonces es cuando se recurre a las nuevas tecnologías como investigaciones alternativas. Se ha estado buscando alguna respuesta en la proporción matemática de “La Gran Pirámide”, la distribución de las cámaras internas, es decir, se buscan otras alternativas para buscar respuestas a los enigmas de las pirámides dada la limitación de la arqueología. Y una de las búsquedas alternativas de las que hablamos se han realizado en la “sonoridad” del interior de las pirámides.

¿EN QUÉ CONSISTE EL EXPERIMENTO QUE HA REALIZADO ESTE EQUIPO DE INVESTIGADORES?

Debemos destacar que la Universidad de ITMO en Rusia, es una universidad muy respetable y reconocida con 11.000 alumnos.

Y lo que ellos han hecho ha sido un modelo teórico mediante ordenadores. Han recreado toda la pirámide y lo que han hecho ha sido proyectar “haces” de sonido contra ese modelo teórico y ver cómo se distribuye ese sonido, cómo se propaga. Pero lo que más les ha llamado la atención, es que esas emisiones de sonidos, esos haces de sonido terminan almacenándose en las cámaras subterráneas. Pero lo más curioso de la experiencia es que esos haces de sonido, la mayoría de ellos acaban en una cámara denominada la “cámara del caos”, que es donde personas de diferentes ámbitos y sensitivos, sobre todo, durante años han detectado anomalías y siempre han señalado esa cámara como un lugar extraño y raro. De todas formas, ellos destacan una palabra clave en la investigación y es “resonancia”. Lo que sucede es algo parecido a lo que ocurre cuando los tenores, con sus fantásticas voces, sujetan una copa de cristal delante de ellos y emiten una nota que hace “resonar” y vibrar los átomos de la copa hasta llegar a reventarla.

Pues eso es precisamente lo que ocurre en el interior de la pirámide. Emiten una serie de sonidos y esa resonancia hace que la pirámide vibre acumulando esos sonidos en las cámaras acumulando los sonidos ahí. Hace ya un tiempo Paul Horn, un músico estadounidense, realizó un experimento musical en el interior de la “Gran Pirámide” en los 70. En uno de sus discos, el primer tema comienza con unos golpes. Esos golpes no son unos golpes cualesquiera, son golpes en el sarcófago de la cámara del Rey de la Gran Pirámide. Son impactos en el granito de la tapa del sarcófago que provoca una resonancia. Esa resonancia la estima que son unos 438 ciclos por segundo. El granito vibra a esa frecuencia, él lo imita con la flauta, y cuando consigue ese nivel de ciclos, lo que resuena es toda la cámara, además una resonancia capaz de provocar un eco de 8 segundos de duración. Es decir, Paul Horn se adelantó de alguna forma a estos científicos.

MI REFLEXIÓN: Con hallazgos como estos o como los de la semana pasada donde ya dijimos que solo conocemos un 1% de nuestro Océano, y con los resultados de investigaciones como la que acabamos de dar a conocer creo que, son indicios más que suficientes como para no alardear de que aquí en la Tierra ya lo conocemos todo.

David Fernández, autor de La Misterioteka experto en ciencia, evolución y misterio

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